Lenguaje Sonoro

 
Introducción
 

Tal como ocurre con el lenguaje oral y escrito, las artes visuales, la imprenta y la fotografía, el sonido y la posibilidad de grabarlo y reproducirlo ha permitido capturar y preservar ciertos eventos de la historia para revisitarlos en cualquier momento. Con la excepción del cine y la fotografía, que se desarrollaron apenas unos años antes que la posibilidad de grabar y reproducir sonidos, todos estos métodos para mantener diferentes registros de la historia se han usado por siglos.

 

La habilidad para captar el sonido, más que simplemente describirlo, se desarrolló desde mediados del siglo XIX, con la aparición del fonoautógrafó de Édouard-León Scott y, poco después, con la invención del fonógrafo de Thomas Alva Edison, que permitió tanto la grabación como la reproducción de voces, música y efectos. Sin embargo, ya en la antigua Grecia, Pitágoras se había interesado por las propiedades de la vibración de distintos instrumentos de cuerda, además de haber creado el concepto de acusmática, que se definiría como la capacidad de percibir y aprender al escuchar sin conocer la fuente que producía un sonido.

 

Pero fue a comienzos del siglo XX cuando se empezó a investigar en el campo del lenguaje sonoro, y se experimentó con el sonido para crear distintos tipos de expresiones y medios. Así, apareció la radio que se convirtió en el medio sonoro por excelencia, y el cine logró salir de su mutismo para generar experiencias audiovisuales más envolventes y reales, gracias a la posibilidad de crear espacios sonoros que acompañaran a las imágenes en movimiento.

Hoy en día, ante el predominio de la imagen y la producción audiovisual, se hace necesaria la enseñanza del lenguaje sonoro como base y complemento de diferentes productos de la comunicación. Es importante, en la formación de comunicadores y periodistas, ofrecer conocimientos específicos en torno a la comunicación a través del sonido, con el fin de que tengan fundamentos que les permitan crear diferentes productos, de ficción y no ficción, que cumplan con unos parámetros de calidad y que sean consistentes con el mensaje que se quiere entregar.

 

Además, gracias a las condiciones y oportunidades que surgen de los avances tecnológicos, cobra importancia el hecho de que esta formación vaya más allá de las fórmulas tradicionales que hasta ahora se han utilizado para la expresión sonora, y que se impulse la experimentación con las distintas posibilidades que ofrecen los elementos de este lenguaje (efectos, música, voz y silencio) para la creación de productos acordes con los intereses y tendencias de las audiencias actuales. Es fundamental que en la formación de los profesionales de la comunicación, la producción sonora tenga un rol importante dentro del currículo académico, ya que la manera en la que se consumen los productos audiovisuales siempre se va transformando y lleva al surgimiento de nuevas formas de difusión, sin olvidar su sentido histórico, creativo, social y mediático.